Señora Torres:
Me preocupa de sobremanera la situación actual de mi país. Esto ya dejó de ser por mucho la contienda política a la que estamos acostumbrados los guatemaltecos. Sí, siempre va a existir controversia. Sí, siempre van a haber escándalos, opositores, críticos, etc. Pero nunca en mi corta vida he visto a la población, a mis amigos, mis colegas, a los medios, etc., reaccionar con tanto desprecio y odio hacia una figura política (y eso que trabajo con una figura política que la mayoría de medios de comunicación adversan, por ponerlo delicadamente).
Se entiende que tristemente, el manejo político de nuestro país es realmente muy malo, pero creo que los guatemaltecos estamos muy conscientes que gran parte de ello es nuestra culpa y por ello, toleramos muchos desaciertos por parte de este sector de la población. Estoy consciente que los medios de comunicación no han jugado el mejor papel en lo que concierne a la forma en que se estructura y compone la opinión pública respecto al ejercicio del poder, pero también tengo muy claro que el trabajo, por lo menos hasta el momento, de la mayoría de los políticos de nuestro país ha sido, por mucho decir, mediocre.
Sin embargo, eso no excusa lo que está haciendo señora Torres. No porque se esté divorciando, eso es su vida y es su problema, será usted la que tenga que vivir con sus decisiones, sus mentiras y sus engaños. No porque quiera, por todos los medios, rebasar todo límite legal que se le ha impuesto con el afán de disfrutar cuatro años más del poder que tanto ansía. No porque su trabajo no sea bueno, no soy experto en la materia y la única información que recibo de sus programas sociales la obtengo de los medios de comunicación y se entiende que estos no siempre son del todo objetivos. Así que no pretendo juzgarla a usted como persona, como funcionaria pública, como esposa, como madre o como mujer, ese no es mi papel.
Creo que muy en el fondo, es posible que, así como el “Grinch”, usted también tenga un pequeño corazón latiendo muy en su interior, y una vocecita en su cabeza que le cuestiona todo el tiempo su actuar. Estoy casi seguro que usted ha luchado con todas sus fuerzas por convencerse que lo que usted está haciendo está bien, que es lo mejor para el país y para su gente. Estoy seguro que usted ve con ojos desafiantes a la población capitalina porque reconoce en ellos el egoísmo y ambición desmedida que tanto resentimiento genera en las clases sociales más pobres de este país que se han visto víctimas por muchos años de los abusos de ese sector, que se ha aprovechado de ellos y los ha utilizado como mano de obra barata dándoles apenas unos centavitos a cambio.
Me imagino, señora Torres, que usted cree que todo vale en su lucha por rescatar a las clases marginadas del país del rezago al que se han visto sometidas desde ya hace mucho tiempo. Me imagino que su participación en la guerrilla, la hizo darse cuenta de muchas de las injusticias sociales que muchísimos de nuestros hermanos guatemaltecos deben sufrir día a día. Estoy consciente que sus programas sociales, como mínimo, le han prestado atención a las clases sociales que típicamente son simplemente engatusados a través de promesas electorales y luego dejadas al olvido para ver como logran salir de la miseria por sus propios medios.
Sin embargo, la ejecución de dichos programas no deja de generar un malestar en gran parte de la población, sobre todo dentro de la élite intelectual tan reducida del país, y en el monopolio de la opinión pública, o sea, la prensa escrita. Esto se debe al uso discrecional, clientelar y evidentemente electorero de fondos públicos no para el beneficio de esa población marginada que usted desea rescatar, sino para sus intereses personales y egoístas. Es importante que entienda el daño que le está causando a esa clase que usted desea proteger con sus actitudes, con sus abusos y con sus engaños.
Ya hizo su aporte señora Torres, a rempujones y manotazos, logró ejecutar el primer programa de inversión social realmente masivo a nivel nacional, felicitaciones. Es un gran logro y a pesar de las muchas críticas que ha recibido y seguirá recibiendo, en mi opinión es un esfuerzo encomendable y era harta hora que la población empezara a ver no su mejor interés, pero el interés general y por ende, esa ayuda que debemos prestar desinteresadamente a aquellos más desafortunados que nosotros. Que su programa necesita serios ajustes, es cierto. Que el uso de los fondos no ha sido el mejor, también es muy cierto. Que se han cometido abusos, fraudes, ilegalidades, injusticias, etc., etc., etc., todo es muy cierto. Pero lo hecho, hecho está. Sus programas se han fiscalizado rigurosamente y no han encontrado indicios concretos de corrupción en la ejecución de sus proyectos. En ese sentido, le ha ganado la jugada a la prensa y a sus opositores.
Su legado está a salvo señora Torres, ninguna figura política en su sano juicio consideraría abandonar esos programas sociales que usted instituyó, las consecuencias serían nefastas.
Le debo pedir, señora Torres, que por favor reflexione. Entienda que la población ha escuchado su petición y la ha rechazado. Entienda que los medios de comunicación (con excepción de la televisión abierta está claro) le harán la guerra todos los días de la semana con tal de evitar que usted llegue a la presidencia. Entienda que las redes sociales desde ya se están organizando para rechazar tajantemente su candidatura. Entienda por favor señora Torres, que la coyuntura en la que usted ha decidido llevar a cabo esta “estrategia” es PÉSIMA.
Los jóvenes de este país, a través de las redes sociales, pusieron el gobierno de su esposo al borde del colapso. La única razón por la que este movimiento claudicó fue por el manejo político que se hizo de ese debacle por unos ciertos individuos que se aprovecharon del enojo e ira que ese acontecimiento despertó para buscar un resultado que a todas luces, era equivocado. Puede estar segura que eso no volverá a suceder, ya que el propósito, esta vez, es más que claro. No los ponga a prueba señora Torres, no puede ganar.
Agarre su dinero y corra señora Torres. Estoy seguro que durante estos últimos tres años usted y su esposo han amasado una fortuna que les puede muy bien servir para huir de la justicia por el resto de sus vidas. Agarre su dinero y corra, corra lejos y no mire hacia atrás y rece porque esos mismos jóvenes que van a impedir su candidatura a la presidencia, no se encarguen de ejercer la presión suficiente para buscarla, encontrarla y enviarla a prisión por mucho, mucho tiempo.
Su suerte está echada señora Torres, la jugada está perdida. Su candidatura es completamente inviable, no por razones legales, políticas o institucionales; su candidatura es inviable porque el pueblo no la quiere como su presidente (contrario a lo que usted nos quisiera hacer creer), y el pueblo, aunque a veces lo olvide, es quien detenta al final, el verdadero poder. Seguir por este camino únicamente empeorará su castigo. Salga de mi país señora Torres, no provoque confrontaciones. No se le ocurra gestar supuestas “manifestaciones” de apoyo para provocar violencia entre hermanos guatemaltecos de distintas clases sociales. No genere más resentimiento entre los guatemaltecos, ya de por sí, es una enorme brecha la que tenemos que cerrar para poder crear una verdadera unidad nacional.
Facebook, señora Torres, algo tan ridículo como una dirección de internet será su perdición. Acéptelo, afróntelo y cambie su estrategia, pero no desate una guerra. Usted mejor que nadie, debería saber ya, que la guerra nunca es la solución. Si en verdad le preocupa su país, si en verdad le interesa su pueblo, por favor señora Torres, haga, solo por esta vez, lo correcto.
Atentamente,
excelente Chova!
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